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jueves, 13 de junio de 2013

Opinión: Lenin y la filosofía

Los principales períodos de la historia universal de la humanidad no se distinguen únicamenteentre sí por la estructura socio-económica de la sociedad y por el sistema de susorganizaciones políticas, sino también por los ideales que en ellos dominan. Cada período de la historia, tiene su credo ideológico. El leninismo, que representa el marxismo en la presenteetapa de su desarrollo, es el credo de nuestra época.
En nuestros días tienen lugar en la vida cíe la sociedad enormes transformaciones, queabarcan todas las esferas de la existencia social e incorporan a los pueblos, uno tras otro, alproceso revolucionario. La ciencia y la técnica avanzan vertiginosamente. Y en todos losacontecimientos cardinales del mundo contemporáneo se encuentra la huella del genio deLenin.

Las ideas que ejercen influencia en los destinos de la humanidad son geniales y sencillas. Así son las ideas de Lenin, convertidas en símbolo de la época y de sus tempestadesrevolucionarias. El leninismo forma como un pivote ideológico, en torno al cual giranconcepciones económicas, político-sociales y filosóficas, y se verifica la encarnizada lucha dedos ideologías: la comunista y la burguesa.. Lenin vio el sentido esencial de su vida y actividaden acelerar —apoyándose en el marxismo y desarrollándolo con espíritu creador— el procesode realización práctica de los principios comunistas.

Uno de los rasgos distintivos del genio es la capacidad para agrupar en torno a sí personalidades destacadas, creando la atmósfera de tensa vida espiritual sobre cuyo fondocada uno se eleva hasta la cota máxima de sus, posibilidades, lo que ejerce considerableinfluencia en el progreso de la sociedad. Marx, Engels y sus compañeros de lucha, eran de ese

corte. Lo mismo Lenin, el cual actuaba en un círculo de personas notables por su talento y altonivel cultural, con las que discutía y se aconsejaba, sabiendo aprovechar sus lados fuertes parainfluir creadoramente sobre la gran marcha de la historia. Lenin la generalizó filosóficamente ehizo historia prácticamente, como jefe del partido y del pueblo entero.
La aportación de Lenin al desarrollo de la filosofía es muy relevante y diversa, ocupando unlugar especial entre los clásicos del pensamiento filosófico. En sus trabajos llevó a efecto lacondensación y el balance de numerosas adquisiciones de la humanidad, y elevó la culturafilosófica del marxismo a un nivel superior

Sólo el genio es capaz de atender a la voz del pueblo. Lenin era así: toda su vida aprendió en el pueblo.

Con una colosal capacidad generalizadora, la experiencia leninista está vinculada porinnumerables hilos a la realidad contemporánea y ejerce poderosa influencia en las mentes. Seescucha, con reconocimiento, la voz leninista, dirigida a nuestra época; la voz penetrada dehondas meditaciones acerca del destino de los pueblos. Los dirigentes políticos y los hombresde Estado, los científicos, escritores y artistas, al resolver problemas importantes que afectan ala humanidad, buscan consejo en Lenin. El estudio del legado filosófico marxista esimprescindible para elevar la cultura espiritual y política de cada uno.

Atentado contra Lenin

El 30 de agosto de 1918, Lenin sufría un atentado tras dar un discurso en la fábrica Mijelson. Una mujer, Fanni Kaplan  disparó tres tiros al líder de los bolcheviques. Lenin no murió en el atentado, pero las heridas que sufrió deterioraron gravemente la salud de Lenin. Ya no volvería a ser el mismo hasta su muerte el 21 de enero de 1924.
El atentado de Kaplan supuso otra cosa alejo del poder sobre el partido, y por tanto de la Rusia bolchevique, a Lenin. La pugna por el poder se abría a Stalin y a Trotski. Y, lo que era peor para la revolución, la mente más brillante y práctica de los bolcheviques se debilitaba cuando más falta hacía. Ahora las decisiones de los bolcheviques ya no responderían solo a los intereses de la revolución, además se trataba de encumbrarse o desacreditar al rival.
La historia de Fanni Kaplan es complicada, ella era un mujer de origen judio nacida en 1890 como Feiga Jaimova Roitman en la provincia ucrania de Zhytomir (Feiga en hebreo quiere decir pájaro). Cambió de nombre cuando sus padres marcharon a los EEUU y comenzaban sus primeros pasos revolucionarios, ligados a los anrquistas. Sus actividades sediciosas eran muy modestas llevar de un lado a otro bombas y literatura prohibida. La policia zarista la detiene con una bomba en Kiev, y es condenada a muerte en 1906 con los otros revolucionarios. Pero ella era muy joven, tan solo 16 años, y su pena es conmutada por la cadena perpetua.

 

ENTREVISTA ENTRE LENIN Y KROPOTKIN (Moscú 1919). Por Vladlmlr Bonch-Bruevich

Puedo fijar con certeza la entrevista de Lenin y Kropotkin entre los dias 8 y 10 de mayo de 1919.
Lenln se dló un tiempo después de las horas de negocios del Consejo de Comisarios del Pueblo (Sovnarkom), y me informó que podia llegar a mi apartamento alrededor de las 5 P.M. Llamé a Kropotkin por teléfono para informarle del dia y la hora y envié un carro por él.
Lenln llegó a mi apartamento antes que Kropotkin. Hablamos sobre las obras de revolucionarios en épocas precedentes; durante la dlscusión Lenln expresó la oplnlón de que indudablemente muy pronto llegaría el momento de ver ediciones completas de la literatura de nuestros emigrados y de sus principales autores, con todas las necesarias notas, prefacios, y material producto de investigaciones.
Es extremadamente necesario, dijo Lenin, no sólo debemos estudiar nosotros mismos la historia pasada de nuestro movimiento revolucionario, sino que debemos dar también a los Investigadores jóvenes y a los estudiantes la oportunidad de escribir una multitud de artlculos basados en estos documentos y materiales; para familiarizar a la mayor masa pollble con todo lo que ha existido en Rusia en esta generaclón. Nada podría ser más pernicioso que pensar que la historia de nuestro país se inicia el día en que ocurrió la revolución de octubre. Ya se oye esa opinión con frecuencia ahora. No tenemos por qué seguir oyendo estupideces como esa. Nuestra Industria está siendo reparada y las crisis de la industria tlpográfica y de falta de papel ya están pasando. Publicaremos cien mil copias de libros como la Historia de la revolución francesa de Kropotkin y otros de sus libros; a pesar del hecho de que él es anarquista, editaremos sus obras de la forma que sea posible, con las necesarias notas que aclaren al lector la distinción entre el anarquismo pequeñoburgués y la verdadera vlsión mundial y comunista del marxismo revolucionario.
Lenln tomó de mi librero un libro de Kropotkln y otro de Bakunin que yo tenía desde 1905, y rápidamente les echó un vistazo, página por página. En ese momento oí que Kropotkln había llegado. Fuí a recibirlo. Lentamente subía nuestra empinada escalera de entrada (entonces tenía 77 años).
Nos encontramos y caminamos hacia mi estudio. Lenin cruzó a grandes zancos el corredor para acercarse a mí; sonriendo calurosamente le dló la bienvenida. Kropotkin encendióse, y le dijo inmediatamente: ¡Qué felIz estoy de verlo, Vladimir Illich! Tenemos diferencias respecto a una inmensa serie de cuestiones, de medios de acción y de organización, pero nuestros objetivos son idénticos, y lo que usted y sus camaradas hacen en el nombre del comunismo es muy cercano y querido para mi anciano corazón.
Lenin lo tomó por el brazo y muy atenta y cuidadosamente lo condujo a mi estudio, lo sentó en el sillón y tomó asiento él mismo al lado opuesto del escritorio.
Bueno, dado que nuestros objetivos son los mismos, hay mucho que nos une en nuestra lucha, dijo Lenin.
Por supuesto, es posible dirigirse a una meta por varias rutas, pero pienso que en muchos aspectos nuestras rutas tienen que concurrir.
Sí, por supuesto, interrumpió Kropotkin, pero ustedes persiguen a los cooperativistas y yo estoy del lado de las cooperativas.
Y nosotros también estamos por ellas exclamó Lenin con fuerte voz. Pero estamos en contra de ese tipo de cooperativa que concilia a pequeños propietarios, terratenientes, comerciantes, y al capital privado en general. Simplemente, queremos arrancar la máscara de esas cooperativas deshonestas y dar a las grandes masas de la población la posibilidad de integrar una cooperativa genuina.
No quiero argumentar contra eso, respondió Kropotkin. Y, por supuesto, en donde quiera que esas situaciones existan, uno debe combatlrlas con toda su fuerza, así como combate toda deshonestidad y mlstlficación. Nosotros no necesitamos coberturas; despiadadamente exponemos cada mentira en cualquier lugar que aparezca. Pero en Dmitrov yo veo que están persiguiendo a los cooperativistas que no tienen nada en común con los que ha señalado, y esto se debe a que las autoridades locales, quizás los mismos revolucionarios de ayer, como cualquier otra autoridad, se han burocratizado, convertidos en funcionarios oficiosos que quieren controlar todas las cuerdas de los que están subordinados a ellos, y piensan que toda la población está subordinada a ellos.
Estamos en contra de los burócratas en cualquier lugar y en cualquier momento, dijo Lenin. Nos oponemos a los burócratas y a la burocracia, y debemos arrancar desde sus raíces a estos remanentes del pasado, si aún anidan en nuestro nuevo sistema; pero, después. Usted entiende perfectamente bien hacer consciente a la gente, pues como Marx dijo, ¡La más terrible e inexpugnable fortaleza es el cráneo humano! Estamos tomando todas las medidas posibles para obtener el éxito en esta lucha; y, ciertamente, la vida misma forza mucho a aprender. Nuestra falta de cultura, nuestro analfabetismo, nuestra torpeza, todo ello es obvio por dondequiera, y nadie puede acusarnos como partido, como poder gubernamental, de lo que se hace incorrectamente en la maquinaria de ese poder; menos aún por lo que pasa en los confines del país.
Pero el resultado es igualmente difícll de evadir para todos los que estAn expuestos a la influencia de esta privilegiada autoridad, exclamó Kropotkin, que ya se está revelando en sí misma como un arrollador veneno para cada uno de los que se apropian la autoridad para sí mismos.
Pero no hay otro camino, añadió Lenin. No se puede hacer la revolución calzando guantes blancos. Sabemos perfectamente bien qué hemos hecho, y que vamos a cometer todavía muchos y grandes errores; que hay muchas irregularidades y mucha gente que ha sufrido innecesariamente. Pero, lo que pueda ser corregido, lo corregiremos, aprenderemos de nuestros errores, debidos muy frecuentemente a la simple estupidez. Pero es imposible no cometer errores durante una revolución. No hay que convertirlos en obstáculos que nos hagan renunciar a la vida por entero y no hacer nada. Pero, sin embargo, hemos preferido cometer errores y actuar. Queremos actuar y lo haremos, a pesar de todos los errores, y llevaremos nuestra revolución socialista hasta la victoria final. Y puede ayudarnos en esto comunicándonos toda la información que tenga de las irregularidades. Puede estar seguro de que cada uno de nosotros se dirigirá a sus informaciones asiduamente.
¡Excelente! Ni yo ni nadie rechazaremos ayudar a usted y a sus camaradas, tanto como sea posible, pero, nuestra ayuda consistirá principalmente en reportarles todas las irregularidades que están ocurriendo por todos lados y por las que la gente está lamentándose en muchas partes, señaló Kropotkin.
No señale usted las lamentaciones, sino los aullidos de los contrarrevolucionarios hacia los que no hemos tenido ni tendremos compasión, dijo Lenin.
Pero, usted dice que es imposible el no tener autoridades, empezó a teorizar Kropotkin, y yo digo que es posible. Hacia cualquier lado que usted voltee a mirar, afloran ya bases de no autoritarismo. Acabo de recibir noticias de que en Inglaterra los trabajadores de los diques en uno de los puertos, han organizado en forma completamente libre una excelente cooperativa a la que concurren frecuentemente trabajadores de diferentes industrias. El movimiento cooperativista es enorme, su significación es extremadamente importante.
Observe a Lenin. Sus ojos chispearon un poco burlones escuchando a Kropotkin atentamente. ParecIa perplejo de que a la vista de la enorme y arrolladora actividad que desplegaba el movimiento generado por la revolución de octubre, alguien pudiera hablar de cooperativas y más cooperativas. Y Kropotkin continuaba hablando incesantemente acerca de cómo, en alguna otra parte de Inglaterra, otra cooperativa también habta sido organizada, cómo en un tercer lugar, en España, alguna pequeña federación habla sido organizada, cómo el movimiento sindicalista había desarrollado tal o cual iniciativa.
Es verdaderamente nocivo, interrumpió Lenin. Ud. no dedica ninguna atención al lado político de la vida, y obviamente desmoraliza a las masas trabajadoras al distraerlas de la lucha inmediata.
Pero el movimiento profesional está unificando millones, esto de por sí es un factor de gran peso, dijo excitadamente Kropotkin. Junto con este movimiento cooperativo, constituyen un enorme paso hacia delante.
Eso está bien y es bueno, le interrumpió Lenin. Por supuesto, es importante el movimiento cooperativo, tanto como el movimiento sindicalista es negativo. ¿Qué puede uno decir sobre esto? Eso es verdaderamente obvio ahora que se convierte en un verdadero movimiento cooperativo, conectado con las más vastas masas de población. Pero ¿ése es el problema real? ¿Es posible el tránsito hacia una situación nueva sólo con eso? ¿Piensa que el mundo capitalista se someterá a las consecuencias del movimiento cooperativista? Cuando precisamente está tratando de manejar el movimiento. Esa pequeña cooperativa, un montoncito de ingleses, sin poder, será destrozado y transformado, muy probablemente en un siervo más del capital; esta nueva tendencia cooperativista emergente, que favorece tanto, será absolutamente dependiente a través de los cientos de trabas que se le impondrán, forzándola a convertirse en un insecto atrapado en una telaraña. ¡Todo eso es insignificante! Perdóneme, pero todo eso no tiene sentido. Nosotros necesitamos acción directa de las masas, ese tipo de acción que toma al mundo capitalista por la garganta y lo echa abajo. Por lo pronto, no existe tal actividad en el cooperativismo. Todo eso de lo que usted habla son juegos de niños, charla ociosa, sin base sólida, sin fuerza, sin recursos, y que en casi nada se acerca a nuestros objetivos socialistas. Una lucha directa y abierta, una batalla hasta la última gota de sangre, eso es lo que necesitamos. La guerra civil debe ser proclamada por dondequiera, apoyada por todas las fuerzas revolucionarias y de oposición; una guerra de tal alcance como la pueden dar estas fuerzas.
Habrá mucha sangre derramada y muchos errores en la lucha. Yo estoy convencido de que en Europa occidental serán pronto mayores que los que ha habido en nuestro país, debido a lo más agudo de la lucha de clases ahí, y la gran tensión entre las fuerzas opuestas que pelearán hasta la última oportunidad que tengan en ésta, que quizá sea la última escaramuza con el mundo imperialista.
Lenin, habiendo dicho todo esto con animación, clara y acentuadamente, se levantó de su silla.
Kropotkin se recostó en su silla y con atención, que fue cambiando a desinterés, oyó las agresivas palabras de Lenin.
Después de eso dejó de hablar sobre cooperativas.
Por supuesto, tiene razón. Sin lucha nada puede ser logrado en ningún país, sin la más desesperada lucha, dijo Kropotkin.
Pero sólo una lucha masiva, exclamó Lenin. No necesitamos la lucha y actos violentos de personas separadas. Ya es tiempo suficiente para que los anarquistas entiendan esto y dejen de estar desperdiciando su energía revolucionaria en asuntos altamente inútiles.
Sólo en las masas, sólo a través de las masas y con las masas, desde el trabajo clandestino hasta el terror rojo masivo, si hay que hacerlo, hasta la guerra civil, hasta una guerra en todos los frentes, hasta una guerra de todos contra todos, ése es el único tipo de lucha que puede ser asumido con éxito. Todos los otros caminos -incluidos los de los anarquistas- han sido invalidados ya por la historia y enviados a los archivos, y no sirven a nadie; inadecuados para todo el mundo, nadie es atraido hacia ellos y sólo desmoralizarán a aquellos que por alguna razón son seducidos por estos caminos ya inservibles.
Lenin paró repentinamente, sonrió con amabilidad y dijo: Perdóneme. Parece que me he dejado llevar por mi entusiasmo y creo que lo estoy fatigando. Pero ese es nuestro estilo de bolcheviques. Ese es nuestro problema, nuestro cognac y un asunto que nos tomamos tan a pecho, que no podemos hablar de éste calmadamente.
No, respondió Kropotkin. Es altamente gratificante para mi el escuchar todo lo que usted dice. Si usted y sus camaradas piensan de esta manera, si no están intoxicados por el poder y se sienten a sí mismos seguros frente a la esclavitud por la autoridad del Estado, entonces harán bastante. Entonces la revolución está ahora en unas manos confiables.
Trataremos, contestó Lenin calmadamente, y ya veremos que ninguno de nosotros se volverá engreído ni pensará mucho en sí mismo. Esa es una enfermedad terrible, pero nosotros tenemos una cura excelente: enviaremos a esos camaradas de vuelta al trabajo, a las masas.
Eso es excelente, excelente, exclamó Kropotkin.
En mi opinión, esto debe ser hecho con cada uno más seguido. Es útil para todos. Uno nUnca debe perder contacto con las masas trabajadoras y debe saber que sólo con las masas es posible lograr cualquiera de las cosas que hayan sido estatuidas en los más audaces programas. Pero los soclaldemócratas piensan que en el partido bolchevique hay mucha gente que no son trabajadores, y que estos no trabajadores están corrompiendo a los trabajadores. Lo que se necesita es lo inverso, que el elemento trabajador prevalezca y que ellos, los no trabajadores, sólo ayuden a las masas de trabajadores en materia de instrucción en el negocio de organizar y dirigir alguna área del conocimiento u otra; ellos deberlan ser como un elemento de servicio en una u otra organización socialista.
Necesitamos ilustrar a las masas, dijo Lenin, y sería deseable, por ejemplo, que su libro, Historia de la revolución francesa, fuera publicado inmediatamente en una gran edición. Después de todo, es útil para cualquiera. Nos gustaría mucho publicar este excelente libro, y en una cantidad suficiente para llenar todas las bibliotecas, las salas de lectura en los pueblos y las bibliotecas de las compañías, de los regimientos.
Pero, ¿dónde puede ser publicado? Yo no permito una edición publicada por el Estado, increpó Kropotkin.
¡No! ¡No!, interrumpió Lenin sonriendo amablemente.
Naturalmente no en la editorial del Estado, sino en una editorial cooperativa.
Kropotkin movió la cabeza, aprobando, visiblemente agradado por la propuesta y la rectificación.
Bueno, entonces, si usted encuentra el libro interesante y necesario, yo acepto publlcarlo en una edición gratuita. Quizá sea posible encontrar una editorial cooperativa que acepte.
La encontraremos, la encontraremos, confirmó Lenin. Estoy convencido de ello.
Con esto, la conversación entre Kropotkin y Lenin empezó a decaer.
Lenin miró su reloj, se levantó diciendo que tenía que prepararse para una sesión del Sovnarkom. Se despidió muy afectuosamente de Kropotkin, diciéndole que estaría siempre contento de recibir cartas e instrucciones suyas, a las que daría mucha atención.
Kropotkin, a su vez, se despidió de nosotros y se encaminó hacia la puerta en donde lo despedimos Lenin y yo. Se fue en el mismo auto hacia su departamento.


Kropotkin tomó en cuenta la oferta de Lenin. El año siguiente -1920- le envió dos cartas.
Ninguna tuvo respuesta.
Kropotkin murió en 1921.
 

Funeral de V. Lenin

Homenaje a Vladimir Lenin

Lenin: Sobre la diciplina del obrero (1917)

Lenin: ¿Que es el poder soviético?

jueves, 6 de junio de 2013

Opinion sobre Lenin

"Los seguidores de Lenin lo llaman grande. Pero él no poseía seguramente la grandeza del espíritu y del corazón que debía tener. Lenin mismo habría llenado de burlas a los que le atribuyen hoy tales cualidades burguesas. Grandeza de espíritu, grande de corazón, comprensión y simpatía para un adversario, eran rasgos que escapaban totalmente a este hombre, que sin embargo, fue tan humano en sus defectos y criminal en sus errores. Pero poseía Lenin una grandeza, que nadie podrá quitarle, poseía la voluntad de seguir su camino con astucia y despreocupación de los medios.

La muerte es la gran liberadora de toda la vida. Fue hacia Lenin como había ido sobre los montones de víctimas del leninismo, sólo que hacia él fue con más consideración. Lenin consiguió poner en pie su máquina. Ha despertado a nueva vida todos los males que la revolución quería retirar: el capitalismo, la explotación y todo lo que de ello se deriva. No es milagro que Lenin fuera enterrado con gloria y majestad y que su reino sea reconocido hoy por las potencias europeas. ¿Y por qué no? La revolución ha muerto."


Opinion  personal publicada en http://leninrevolucionario.blogspot.com.ar/ 

Influencia de Lenin en la Revolucion Rusa

Con el inicio de la Primera Guerra Mundial la figura política de Lenin se expande, al propugnar la oposición de la socialdemocracia alemana a la misma, y lo convierte en una figura clave en Rusia, cuando la evolución de la contienda se muestra abiertamente desfavorable para su país. Tras la inesperada revolución de febrero, que culmina en la abdicación del zar, comienza a fraguarse un proceso revolucionario que se resolvería en el mes de noviembre (octubre por el viejo calendario).
es importante destacar que Lenin fue teórico y táctico en la revolución del año 1917 y seguidor fiel de la doctrina de Marx. El Lenin orador jugó también un papel clave en la consolidación del nuevo estado soviético. Estableció también un sistema financiero estatal. Y, en cierta medida, sacó a la economía del estado de guerra.https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFQBPTCLR-5QH0am3ID1OB0-fKhznSeDqhvVWDRfWy5ya-Fv9NXcQUf9TWRXsxT9oPd4Rt8d_hysT_8Edn17Ui-FlwOKSYlnYNrHKN0RCNOJ1185BxeW8L0WOCriixZMilkxI8pQ4PYw/s1600/lenin1.jpg

Cargos politicos

Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la Unión Soviética
30 de diciembre de 1922 – 21 de enero de 1924

Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la RSFS de Rusia
8 de noviembre de 1917 – 21 de enero de 1924

Líder informal del Partido Comunista Ruso
17 de noviembre de 1903 – 21 de enero de 1924

Biografia

Lenin - Vladímir Ilich Uliánov
Nació el 22 de abril de 1870 en Simbirsk (ciudad que, desde 1924 hasta 1991, se denominó Uliánovsk en su honor), hijo de un funcionario.
Cursó estudios en la Universidad de Kazán ese mismo año, pero fue expulsado al poco tiempo por participar en actividades revolucionarias. Estudió las obras clásicas del pensamiento revolucionario europeo, especialmente El capital de Karl Marx. Admitido en la Universidad de San Petersburgo terminó Derecho en 1891. Ejerció en la ciudad de Samara, a orillas del Volga, defendiendo a personas sin recursos, hasta que regresó a San Petersburgo en 1893.
 En 1895 fue cofundador de la Unión para la Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera de San Petersburgo. Tras pasar quince meses en la cárcel, junto a una de sus compañeras, Nadiezhda Konstantinovna Krúpskaia -que se convertiría en su esposa- fue deportado a Siberia hasta 1900. Tras el destierro, escapa a Suiza y funda el periódico Iskra (La chispa) junto a Gueorgui Valentínovich Plejánov, L. Mártov y otros marxistas. La publicación se convirtió en un instrumento de cohesión entre los socialdemócratas.

Escribió su obra de teoría política, ¿Qué hacer? (1902). Su proyecto para la revolución se basaba en la existencia de un partido sometido a una férrea disciplina, compuesto por revolucionarios preparados para actuar como "vanguardia del proletariado" y conducir a las masas trabajadoras a una victoria frente al absolutismo. Su insistencia en la importancia de la profesionalidad de los dirigentes revolucionarios dividió a los miembros del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR), y en su II Congreso (1903) las diferencias se hicieron más profundas. El grupo liderado por Lenin fue el que obtuvo la mayoría, de ahí el nombre de bolchevique ('mayoría' en ruso), mientras que la oposición era conocida como sector menchevique ('minoría' en ruso).

Regresó a Rusia tras la Revolución de 1905, pero se vio obligado a abandonar nuevamente el país en 1907 ante la misma falta de apoyo que acabó con la insurrección. Lenin y los mencheviques se acusaban mutuamente de ser responsables del fracaso de la revuelta. Es en esta época cuando escribió su principal tratado filosófico titulado Materialismo y empirocriticismo (1909).

Cuando estalló la I Guerra Mundial en 1914, Lenin se opuso a la intervención de Rusia en el conflicto alegando que supondría una lucha fratricida entre los obreros de toda Europa en beneficio de la burguesía y alentó a los socialistas a "transformar la guerra imperialista en una guerra civil". Expuso y sistematizó la concepción marxista de la guerra en El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916), en donde defendía que únicamente una revolución que destruyera al capitalismo podría proporcionar una paz duradera.

La Revolución Rusa de marzo de 1917 (febrero según el calendario juliano) que derrocó al régimen zarista fue un acontecimiento que no había previsto, pero consiguió introducirse en el país en un tren procedente de Alemania. Su espectacular llegada a Petrogrado (el nombre con el que fue rebautizada San Petersburgo) se produjo un mes después de que los obreros y soldados hubieran derribado al zar Nicolás II. Los bolcheviques de Petrogrado, entre los que se encontraba Iósiv Stalin, estaban de acuerdo en que los representantes del Ejército y de los soviets (juntas) de trabajadores respetaran al Gobierno Provisional que se había establecido, aunque Lenin rechazó esta línea de actuación. En las llamadas Tesis de abril alegó que sólo los soviets podían satisfacer las esperanzas, aspiraciones y necesidades de los trabajadores y el campesinado.

El Congreso del partido bolchevique aceptó el programa de Lenin bajo el lema "todo el poder para los soviets", considerando la revolución de marzo como la fase burguesa que había de preceder a la inaplazable revolución proletaria. Después de un fallido levantamiento de los trabajadores en julio de 1917, Lenin pasó en Finlandia los meses de agosto y septiembre ocultándose del Gobierno Provisional. Durante ese tiempo plasmó su concepción del auténtico gobierno socialista en el ensayo El Estado y la revolución, su aportación más importante a la teoría marxista, en el que abogaba por la necesidad de la "dictadura del proletariado" como elemento de superación del Estado basado en la dominación de unas clases por otras. Asimismo, solicitó en repetidas ocasiones al Comité Central del partido que promoviera una rebelión armada en la capital. Finalmente su plan fue aprobado y puesto en práctica el 25 de octubre.

Lenin fue elegido presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo (jefe de gobierno). No se nacionalizaron las empresas privadas, a excepción de los bancos, y Lenin ideó un programa para el establecimiento del socialismo y evitó la apariencia de un régimen de partido único mediante la inclusión del Partido Socialista Revolucionario en su gobierno. El régimen soviético tuvo que pagar el alto precio de una guerra civil (1918-1921) provocada por quienes consideraban amenazados los privilegios que tenían durante el régimen zarista, que contaban con el apoyo de potencias extranjeras. Gracias a la labor del Ejército Rojo, creado y organizado por Liev Trotski, el régimen soviético salió triunfante de este enfrentamiento.

La primera de las tres apoplejías que sufrió Lenin en mayo de 1922 le dejó incapacitado para cumplir con las obligaciones de su cargo. Nunca volvió a desempeñar un papel activo en el gobierno o en el partido. Se había recuperado parcialmente a finales de 1922, pero sufrió un segundo ataque en marzo de 1923 en el que perdió el habla.

Lenin murió el 21 de enero de 1924 en la localidad de Gorki.



jueves, 30 de mayo de 2013

Influencias anti-zaristas

En las últimas décadas del siglo XIX, el abismo existente entre el zar Alejandro III, defensor del absolutismo bizantino de sus antepasados, y la clase cultivada se había agravado hasta tal punto que la lucha contra el zarismo había llegado a ser, entre los rusos cultos, un deber y un honor. La oposición política y el movimiento revolucionario crecían bajo el empuje de una "intelligentsia" que hacía acólitos en las escuelas, en las fábricas, los periódicos y las oficinas. Seis años después de la muerte de su antecesor, Alejandro II, precisamente el 1 de marzo de 1887, un grupo de jóvenes nihilistas intentó acabar con la vida del zar. El atentado fracasó y los terroristas fueron apresados. Entre los condenados a muerte figuraba Alexander Uliánov, el hermano mayor del futuro Lenin. Al enterarse por la prensa de que el grupo había sido ahorcado en San Petersburgo, el muchacho recibió una impresión indeleble, que con el tiempo se transformaría en la más firme y decidida oposición al zarismo. Pero ya entonces, con la lucidez de un visionario, resumía la situación en esta frase de condena a los métodos del terrorismo individual: «Nosotros no iremos por esta vía. No es la buena».

Datos Importantes

Vladimir Ilyich Ulyanov y comunmente conocido como V. I. Lenin o simplemente Lenin, fue un revolucionario ruso, líder bolchevique, político comunista, principal Jefe mayor de la Revolución de octubre y primer presidente de la Unión Soviética.
Fue autor de un conjunto teórico y práctico basado en el marxismo para la situación política, económica y social de Rusia de principios del siglo XX. Posteriormente fue llamado leninismo, y actualmente se reconoce esta línea política y de acción como marxismo-leninismo.Un gran revolucionario que cambio la vida para bien a miles de obreros.
Hoy en dia sus ideas con las de Marx-Engels-Lenin dan vuelta al mundo